lunes, marzo 27, 2006

En el asfalto caliente...

Un pedazo de la existencia. Estamos hablando de una aparición, una lluvia que cae en el cuerpo y cura las ansias de buey para volver a encenderlas cuando quiera. Algo que roza el pecho por la noche, algo que acaricia el alma cuando amenaza el alba.
Una gota de rocío en el lagrimal. Una felicidad innombrable. Un modo de vengarse del hastío. Un placer abismal.
Un modo de amar.
Y despierta esa mirada, todos los sentidos, el baile, la sangre, el alma. Pétalos que me rozan la carne y prenden un fuego inapagable sin la gracia de tu boca. Con piel de gallina recibo la bendición de tu caricia y tu risa que calma la sed.
Al son de tus movimientos mi cáscara se rompe, la máscara. Me entrega vida tu cercanía, tus mimos que lastiman.
Fuerte, muy fuerte, sonrío. Mis dientes tensos como el acero. Sonrisa de infinito. Hasta que vos sonreís y es el paraíso...
Las sombras esconden la cara de niño desesperado. Los fuegos alumbran al hombre encendido. El calor muestra el acorazado cuero de la pasión que a surgido.
Rojo vivo, voy,
carbón, ebullición, soy
con tu cuerpo estoy.

Un Peatón.

No hay comentarios.: